30 agosto 2006

Algunas Princesas No Quieren Ser Rescatadas

El valeroso príncipe azul se detuvo un instante en la sima de una colina, montado en su hermoso y blanco corcel, y echó una mirada al ruinoso castillo que habitaba el maligno dragón.
Por fin estaba a punto de poner a prueba sus años de entrenamiento. Había ejercitado sin cesar el uso de la espada y, aún enfundado en su reluciente pero pesada armadura, era un guerrero ágil y diestro.
Finalmente mataría al dragón, mítica criatura a la cuál nunca había visto pero que odiaba con toda la fuerza que su principesco corazón le permitía.
Sin detenerse en mas cavilaciones espoleo a su corcel y emprendieron rumbo hacia el castillo donde lo esperaba la fiera criatura y su recompensa, en la habitación mas alta de la mas alta de las torres, aguardaba la hermosa princesa, cautiva del repugnante monstruo. Una vez aniquilado el dragón, se casaría y vivirían por siempre felices, estaba escrito y así debía de suceder.
Al llegar frente al castillo desmontó y se dirigió decidido hasta la puerta que derribo de una patada. Desenfundando su espada se adentró en la penumbra del interior del castillo.
Afuera el fiel corcel resoplaba y pateaba el suelo, excitado por los acontecimientos que tendrían lugar muy pronto. Por fin su valiente amo cumpliría con la profecía, mataría al dragón y recibiría el amor de la princesa.
Pero el príncipe solo encontró oscuridad en el gran salón del castillo. Algunas osamentas chamuscadas delataban la presencia de un dragón ¿pero dónde?.
Buscó aquí y allá pero no pudo dar con el dragón ¿es que quizás había huido? Sin duda eso es lo mas probable, pensó el príncipe azul, sin duda el dragón, espantado ante su inminente muerte tocó retirada cobardemente.
Sin pensarlo dos veces el príncipe echó a correr por las escaleras de la mas alta de las torres, el dragón no estaba, pero sin duda la princesa aún lo aguardaba, prisionera en la torre.
Solo Dios sabe que clase de tormentos a debido padecer estando a la merced de esa cruel criatura, pensó el príncipe mientras continuaba subiendo sin detenerse ni un segundo a recobrar el aire.
Cuando hubo llegado al final de la escalera se encontró con una puerta y tras la puerta pudo escuchar, muy débilmente algunos sonidos. Parecían lamentos, sin duda lamentos de dolor de la princesa, presa del terror. Pobre princesa, ignora que el cobarde dragón a huido y yo estoy aquí para rescatarla, pensó el príncipe mientras intentaba recobrar el aliento después de haber recorrido el infinito espiral de escaleras de la torre.
Cuando logró recomponerse, enfundó nuevamente su espada, se acomodó un poco la armadura y alisó con la mano su sedosa cabellera rubia. La primera impresión era importante y debía verse bien ante la princesa.
Respiró hondo y a la vez que abría la puerta, con una enorme sonrisa en la cara, dijo: Ya no llores, hermosa princesa, he venido a rescatarte.
La voz del príncipe se apago al tiempo que su sonrisa se borraba y su expresión pasó de la solemne alegría al total y absoluto asombro. Con la puerta abierta los lamentos de la princesa ya no se oían como lamentos, mas bien parecían gemidos, gemidos de placer.
Poco podía el príncipe ver de su princesa, apenas si lograba adivinar su figura sobre una cama, apenas podía verla porque sobre ella, dispuesta en cuatro patas y totalmente desnuda, se encontraba el dragón, que lejos de haber huido cobardemente, se encontraba proporcionándole a la princesa una dosis de amor carnal como pocas veces se ha visto en un libro de cuentos.
El dragón expelía volutas de humo al ritmo con el que entraba y salía del cuerpo de la princesa que no dejaba de emitir gemidos y suspiros al tiempo que le rogaba al dragón que no se detuviera.

Dr. CroW

Blogger vanevalverdes:

Suele suceder... y muy a menudo. Entonces te preguntás: En medio de todo esto ¿Quièn es la bestia? ¿yo, él, Ella, todos?,
Saludos,
C. Del Valle

21:40  
Blogger Dr. CroW:

Hay demaciadas versiones y puntos de vista en estos casos. Supongo que todos tienen un poco de culpa.
Solo espero que la princesa sea feliz con el dragón.
¿Y el principe? dicen que ultimamente se ha vuelto mas unido a su fiel corcel, no se porqué ;-)

23:15  
Blogger Kat:

Jajajajajaa jajajajaja conchale que imaginación tienes....

Bueno así me han dicho a mí tambien... que no quiero ser rescatada pero a diferencia de la princesa no disfruto de ese buen momento como ella... jajajjjja

Besos.

17:14  
Blogger Dr. CroW:

Pues ¿qué esperas? a conseguirte un dragón inmediatamente, que hay que probarlo todo en la vida.

17:18