07 agosto 2006

Las 3 Voces

Se conocieron por mera casualidad, o al menos eso creían ellos, en uno de esos puntos del ciberespacio donde convergen solitarios de gustos afines. Al menos en forma conciente, buscaban saber, eso hacían, converger en un nexo donde se aglomeraba saber. Pronto, del compartí el saber, encontraron el sentir. Mucho menos definible y catalogable, pero sin duda, mas divertido y estimulante, mas humano.
Así fue que noche tras noche, separados por un cristal y kilómetros de cable compartieron ese sentir, olvidándose del saber.
No querían ya saber nada mas, el saber es conciente y la conciencia nos habla a veces de cosas que no queremos aceptar.
Solo eligieron sentir, y nada mas que sentir, noche tras noche.
Y ese sentir acumulaba calor, un calor que no era absorbido ni por la pantalla, ni por los kilómetros de cable, ni por los intrincados circuitos me manufactura japonesa. El calor quería calor, y fricción y sudor.
Y dejaron de sentir para solo desear, porque a veces sentir es escuchar al corazón, y el corazón a veces dice cosas que no queremos aceptar.
Entonces desearon, se desearon tanto que el calor y la fricción y el sudor hicieron estallar la muralla de vidrio y recorrieron la intrincada y kilométrica maraña de cables y pusieron en corto los delicados componentes de la máquina que los unía y separaba como en un sádico juego.
Y ese calor, esa fricción y ese sudor se mezclaron, se revolvieron, estallaron, enloquecieron y luego de haber satisfecho su deseo se despidieron y siguieron, en direcciones opuestas, el camino que trazaba la maraña de cables.

Dr. CroW

Blogger Dr. CroW:

No tengo idea de quien sos, arkcoiRys, pero te dejo este, de cyberlove, a ver si te gusta.

21:32