06 agosto 2006

Paradoja

Mimir, el gran científico, se puso al frente de los controles de su espectacular máquina del tiempo y tras pulsar algunos botones y tirar de varias palancas emprendió su increíble viaje por del tiempo y el espacio.
Su destino: 52 años en el pasado, cuando él era solo un niño ya que su mayor anhelo era verse a si mismo en el pasado y rememorar aquella feliz infancia.
En un segundo la máquina se materializó en su destino y se desplomó pesadamente al suelo entre chirridos metálicos y una nube de vapor ocre.
Tanta fue la mala suerte de Mimir que fue a caer sobre quién era el objetivo de este viaje sin precedentes: el niño Mimir.
Al no existir ya el joven Mimir, nunca llegó a viejo, por tal motivo nunca pudo crear la maravillosa máquina del tiempo, así es que ese extraño viaje nunca existió. Si el viaje nunca existió, la máquina nunca aplastó al pequeño Mimir y si este accidente nunca ocurrió él pudo llegar a viejo, construir la máquina, viajar al pasado y aplastarse a si mismo.
Al no existir ya el joven Mimir, nunca llegó a viejo, por tal motivo nunca pudo crear la maravillosa máquina del tiempo, así es que ese extraño viaje nunca existió. Si el viaje nunca existió, la máquina nunca aplastó al pequeño Mimir y si este accidente nunca ocurrió él pudo llegar a viejo, construir la máquina, viajar al pasado y aplastarse a si mismo.
Al no existir ya el joven Mimir, nunca llegó a viejo, por tal motivo nunca pudo crear la maravillosa máquina del tiempo...

Dr. CroW