Sobre Ganar Y Perder

Cuando la dejó sola en la mesa para ir al baño no pude resistir el pensar en acercarme y hablarle.
Mis amigos me advirtieron que no lo hiciera, que el tipo era de los "pesos pesados" de la zona y que podía traerme malas consecuencias para mi salud el acercarme a ella.
Me hablaron de algún infeliz que intentó lo mismo en el pasado y de cuales habían sido los resultados, pero no los escuchaba, estaba con todos mis sentidos sobre ella, era ahora  o nunca.
Deje a mis amigos adheridos a la barra y me invité a sentar junto a ella. Me presenté y cruzamos un par de palabras.
Una enorme mano en mi hombro le cerró la boca, era él. Rugió en mi cara que debíamos ir afuera y "arreglar esto como hombres". Intenté explicarle que yo era hombre pero que no veía como podía arreglarse esto del modo que él proponía, a lo cual respondió tomándome del cuello y arrastrándome fuera del bar.
Enseguida se formó alrededor nuestro un pequeño circulo de gente, mis amigos, los suyos, algunos curiosos y ella.
Otra vez intenté hacerlo razonar sobre la inutilidad de aquella demostración de "hombría" pero una vez mas solo respondió con acciones, esta vez incrustándome el puño en la cara. Di algunos pasos hacia atrás, mareado, pero logré mantenerme en pie.
El siguiente golpe fue en un costado y luego en la mandíbula, los otros no los sentí, al menos no en ese momento. Hasta el último instante hice mi mayor esfuerzo por mantenerme en pié, pero finalmente caí.
Soltó algunos insultos que no pude escuchar bien y creo que se rió. Lo vi alejarse por la calle apenas iluminada, abriéndose paso a los empujones entre los curiosos.
Antes de irse tras de él y perderse en la penumbra, ella se arrodilló junto a mi y dejo un pequeño trozo de papel arrugado en mi mano, era su número.