Guita Facil

Con cada palada que quito del pozo otro montón de similares dimensiones de arena vuelve a deslizarse en su interior.
“Una pelotudez, esto lo hace cualquier nena...”
No es que me moleste que el avance de mi excavación en el desierto se retrase víctima de mi impericia con la pala.
“Llegás, te dan el paquete...”
Ni que la cara de torta del Gordo Funes mirándome con el seño fruncido, sudoroso, me asuste y produzca alguna clase de apuro en mí.
“Revisá que esté todo en orden antes de soltar la guita...”
Ni siquiera las patadas constantes en mis costillas me producen ahora la menor inquietud.
“Primer bondi al Paraguay...”
Con cada palada parece que la finalización del pozo está mas lejos.
“Te garpo la mitad ahora...”
Con cada palada el Gordo Funes se pone mas nervioso. Me doy cuenta porque putea mas alto y patea mas fuerte.
“La otra mitad cuando estés allá...”
Es al pedo, siempre me lo advertiste. La guita fácil nunca es tan fácil.
“Eso si, no se te ocurra pasarte de vivo...”
Funes me dice que ya está, que el pozo está bien así. Me hace arrodillar sobre la pila de arena.
“Porque te corto las pelotas y te las meto en el culo...”
Dicen que antes de morir vez tu vida pasar frente a tus ojos. Yo solo te vi a vos despotricando encaprichada con ese puto anillo en la vidriera.